sábado, 8 de octubre de 2011

Mi otro yo

Me siento incomprendido, mi aspecto y funcionamiento, a los que denominan complejos, son invisibles para todos, incluso para mi.


Tras años y años de estudio, nadie consigue saber por qué actúo de una determinada manera, en un día concreto.  y por qué esa actuación cambia horas después.

Por las mañanas, me encuentro con un nuevo día, tras una larga noche sin parar de trabajar; ya que,  he  visitado  lugares inesperados, mágicos, extraños, temerosos,etc. Estas visitas las hago  solo, o  bien, acompañado de: mis amigos, familiares, conocidos y/o desconocidos.Y todo esto en tan solo en unas horas.   Aunque crea que ha sido una noche tranquila, en la que no ha habido movimiento por “aquí arriba” no he parado. Lo que pasa que,  algunas mañanas no me apetece reflejar todo mi trabajo, eso sí, como quiera que se quede guardado ¡Cuidado!

Durante el día mi trabajo continúa. Problemas en el trabajo, en el amor, en la familia, amistades nuevas que archivar (¡nuevos nombres para la lista!), caras diferentes, temario  para aprender, lista de la compra por hacer, no olvidar  apagar la luz... En fin,  información de todo tipo pasa por mi oficina. ¡Así está la pobre!

¡Qué difícil es llamarse Pensamiento! 

2 comentarios:

  1. Este relato me ha gustado mucho, tiene un estilo muy fresco, moderno... tal vez sugestionada por la foto, me hace pensar en Giger y en sus creaciones biomecánicas.

    ResponderEliminar