jueves, 6 de octubre de 2011



Mi nombre es Maxi y aunque no tengo ninguna enfermedad no viviré más de 12 años. Soy el menor de 7 hermanos y como todos ellos nací en la calle. Nunca conocí a mi padre, y mi madre murió atropellada un día que salió a buscarnos comida. Mis hermanos cuidaron de mí. Me alimentaron, me dieron calor en las noches más frías e incluso me enseñaron trucos para moverme por la ciudad de forma segura. Sin embargo todos estos trucos no sirvieron para nada. Una de esas noches calurosas de verano (que tan comunes eran en la ciudad) me desperté con la boca seca y decidí ir a beber un poco de agua fresca a una pequeña fuente que había en un parque cercano. Iba yo tan concentrado en recordar dónde estaba ese parque que no me di cuenta de que un enorme coche venía hacia donde yo estaba con gran velocidad. El coche comenzó a frenar nada más verme, pero no fue suficiente. Lo único que recuerdo después del golpe es la vocecita de una niña que no paraba de repetir la misma frase “Ponte bien por favor, no te mueras”. Me llevaron a un hospital y a las pocas semanas del accidente ya estaba completamente recuperado. Me han adoptado, ahora soy un miembro más de esta familia, incluso me han comprado un collar y un plato de comida con mi nombre. Espero que mis hermanos corran la misma suerte que yo y encuentren a una familia que les quiera como esta me quiere a mí.

1 comentario:

  1. Me ha encantado tu relato. Me da tanta pena pensar que hay miles de animales abandonados por sus dueños.. ¡¡ Qué grande la gente que opta por la adopción!!

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