viernes, 14 de octubre de 2011

El otro Yo. Jennifer Ovalles Pérez






¿Dónde está mi príncipe Azul?
Mi nombre es Jasmin y tengo 16 años. Mi padre es el sultán de Agrabah y quiere que me despose con un hombre al que a penas conozco, por esa misma razón es que pienso escaparme de palacio esta noche. Sé que es peligroso, y que una princesa como yo, acostumbrada a se servida por todos y para todo, no estará preparada para enfrentarse a la vida real, pero a pesar de ello no estoy asustada, porque sé que mi príncipe azul, Aladdín, vendrá a socorrerme. Pasaremos muchas cosas, pero al final terminaremos juntos y comiendo perdices. Os estaréis preguntando como puedo estar tan segura de eso, es muy fácil, porque está escrito más adelante, si no me equivoco, en la página 25.
Desde pequeños nos empapan de historias y personajes fantásticos que siempre terminan al lado de la persona amada. No sólo eso, sino que nos crean esperanzas y llegamos a pensar que tenemos derechos ¡ y claro que lo tenemos! ¿como voy a pensar que una india logra conseguir el amor de su vida cuando éste llega por casualidad del otro lado del mundo y yo no?¿ que una señorita de clase alta de la antigua Inglaterra consigue ver en un chico criado por monos a su alma gemela y que yo sea incapaz de entender a los que, aparentemente, han sido criado entre personas con educación ? y mi favorita, ya que me desconcierta del todo....¿ cómo es posible que un pez, un pez señores, pueda y haya logrado enamorarse y ser correspondida, con y sin piernas, por un humano y yo no, yo que hago alarde de haber sido bendecida con piernas?. No lo entiendo y nunca seré capaz de hacerlo.
Tal vez la culpa sea de nuestros padres, aquellas maravillosas personas que nos han dado la vida, que intentan criarnos en un mundo mágico y con esperanzas para que no seamos conciente, a tan pronta edad, de lo injusto y egoísta que es el mundo real. Y no los juzgo, todo lo contrario, estoy agradecida por haber crecido con ilusiones y pensando que cuando sea mayor encontraría a ese príncipe azul que mis amigas ( Ariel, Bella, Anastasia, Jasmin, etc.) encontraron en su día, lo triste, es que a medida que pasa el tiempo te vas preguntando ¿ dónde está mi príncipe azul?.
No obstante, cuando llegas a una cierta edad, 22 como es mi caso, 40 o 50....se pasa de echarle la culpa a los cuentos de hadas para reprender contra las canciones, las películas, las novelas y así sucesivamente, hasta que un día nuestro corazón se canse y se conforme con algún otro color que no sea el azul, convirtiendo el cuento en matrimonio y las perdices en divorcio.

2 comentarios:

  1. Un gran aplauso para este relato.
    Los cuentos distorsionan la realidad de las relaciones románticas y muestran a las mujeres como eternas sufridoras a la espera de un salvador que con su "falo" mágico alumbre nuestra vida.
    Me gustaría saber la opinión de algún chico. Supongo que a ellos tampoco les gustará su estereotipo.

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  2. jajajajaja tienes razón Lola aunque no creo que sea exactamente eso lo que les importa a los chicos, sino el hecho de no poder estar a la altura de esos príncipes

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