miércoles, 30 de noviembre de 2011


La existencia… ya no sé si es bueno que yo siga existiendo.  Esta mañana al despertar, sentado en la cama me preguntaba si quizá mi viaje a las islas pudiera estar relacionado con los acontecimientos que después comenzaron a pasar… La verdad es que fui a la isla de Hierro hace unos meses a comprar un plato con dos asas. Sólo los fabrican allí. Y ya que estaba fui a darme un baño en el mar. Mientras me bañaba, un mosquito muy extraño me picó. Yo pensé ¡qué mala suerte tengo! porque soy alérgico a las picaduras de cualquier bichejo. Rápidamente salí del agua. Notaba que me estaba mareando y la picadura se hacía grande, grande, cada vez más grande. Supongo que estaría alucinando, porque vi cómo unos pequeños y extraños cangrejos se llevaban mi plato. Intente detenerlos pero caí desplomado.
Me desperté en el hospital. La enfermera me dijo que me había llevado una tal Esperanza, una chica que llevaba una guitarra. Desde entonces me pregunto ¿quién será esa mujer?
Cuando me subí en el avión deseé que esa maldita isla con sus malditos insectos se rompiera en mil pedazos y se precipitara hasta el fondo del mar… nunca debí pensarlo… porque ahora… Ahora el presente me demuestra una vez más que soy un gafe, que no debo salir a ningún sitio, que tengo que alejarme de todas las personas. Pero no se me va de la cabeza esa chica…; ni mi plato con dos asas que finalmente quedó perdido en la arena. No sé si debería volver a por él. 

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